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jueves, 9 de octubre de 2014

Los 14 Pasos de la Terapia Gestáltica por Violet Oklander


Las técnicas específicas para ayudar a los niños a expresar sentimientos mediante el uso del dibujo y la pintura son innumerables.  Los dibujos se pueden usar en incontables formas, para una diversidad de propósitos y a

diferentes niveles. Tomando esto como punto de partida, el proceso terapéutico puede evolucionar como sigue:

1. Hacer que el niño comparta la experiencia de dibujar- sus sentimientos acerca de enfrentar y hacer la tarea, cómo enfrentó y continuó el trabajo, su proceso. Esto es compartir aún mas el yo.

2. Hacer que el niño comente el dibujo mismo, describiéndolo a su manera. Esto es compartir aún mas el yo.

3. A un nivel mas profundo, estimular en el niño un mayor autodescubrimiento pidiéndole que se explaye sobre fragmentos, haciéndolos mas obvios, describiendo las figuras, formas, colores, representaciones, objetos y personas.

4. Pedir al niño que describa el cuadro como si éste fuera el, usando la palabra “Yo”: “Yo soy este cuadro, yo tengo líneas rojas por todos lados y un cuadrado azul al medio”.  

5. Escoger cosas especificas en el cuadro para que el niño se identifique con ellas: “Sé el cuadro azul y descríbete con más detalles – qué aspecto tienes, cuál es tu función, etc.”.

6. Hacer preguntas al niño, si es necesario, para ayudarle en el proceso: “¿Qué es lo que haces?” . “¿Quién te usa?”. “¿A quién quieres más?”. Estas preguntas surgirán de su capacidad de “meterse” en el dibujo y abrirse a las múltiples posibilidades de existir, funcionar y relacionar.

7. Concentrar aún más la atención del niño y agudizar su toma de conciencia mediante el énfasis y la exageración de una o más partes de un cuadro. Estimular al niño para que llegue tan lejos como pueda con un fragmento específico, especialmente si hay energía y entusiasmo en usted o en el niño.  Si el niño dice “No lo se”, no desista, trasládese a otra parte del cuadro. 

8. Hacer que el niño entable un diálogo entre dos partes de su cuadro o entre dos puntos de contacto u opuestos (tales como el camino y el auto, o la línea alrededor del cuadrado, o el lado feliz y el lado triste)  

9. Estimular al niño para que ponga atención a los colores. Al dar sugerencias para un dibujo mientras el niño esta con los ojos cerrados, se puede decir: “Piensa en los colores que vas a usar. ¿Qué significado para ti tienen estos colores?”. Se desea que el niño esté tan consciente como pueda de lo que hizo, incluso si no quiere hablar de ello.

10. Estar atento a claves en el tono de voz, postura del cuerpo, expresión facial y corporal, respiración y silencio del niño. EL silencio puede significar censura, pensamiento, remembranza, represión, angustia, miedo o conciencia de algo. Use estas claves para promover la fluidez en su trabajo.

11. Trabajar la identificación, ayudando al niño a “reconocer” lo que se ha dicho sobre el cuadro o partes de éste. Se puede preguntar: “¿Siempre te sientes así?” “¿Hay algo de lo que dijiste como rosal que podrías decir de ti como persona?” Interrogantes como éstas se pueden re frasear de muchos modos. Siempre se hacen como tino y suavidad.

12. Dejar el dibujo y trabajar en las situaciones de vida del niño y los asuntos incompletos que emergen del cuadro. En ocasiones esto se precipita directamente de la pregunta: “¿Encaja esto con tu vida?” y a veces el niño lo asociará espontáneamente con algún hecho de su existencia.

13. Estar atento a las partes faltantes o espacios vacíos en los cuadros y prestarles atención.  

 14. Permanecer en el flujo de primer plano del niño o prestar atención a el propio frente de uno – donde se encuentra interés, entusiasmo y energía. A veces se va con lo que está allí, y otras, se adhiere a lo opuesto de lo que hay allí.

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